La arquitectura también está confundida. Llevamos demasiado tiempo haciendo trampas, saltándonos los límites y dejándonos llevar por dinámicas inconsistentes que están machacando el planeta. Hemos vivido una divertida e intensa ficción moderna que nos ha mantenido superdistraídos y ocupados pero que seguramente nos ha alejado de lo que era más importante.
Las reglas del juego no han cambiado, son las mismas y en realidad ya las sabíamos. Pero escogimos hacer trampas y jugar fuera de los límites. Ahora, en este atardecer de la modernidad que estamos viviendo todos, parece que empezamos a despertar lentamente de este sueño envenenado.
Empezamos a constatar que la Tierra y sus diferentes ecosistemas en realidad son una maravilla. Un mundo amable y único en el que una complejidad de sistemas interrelacionados entre sí crea y sustenta las condiciones favorables que permiten vivir bien. Se trata de un equilibrio frágil e inspirador...[+]