Con frecuencia, la imagen del crecimiento de una ciudad española la dan unos cuantos bloques H pastando por los trigales; de cuatro plantas en núcleos pequeños, de doce o dieciséis en la periferia de las capitales.

En el caso de Ayamonte, López Pardiñas y Mateos han conseguido una curiosa transformación del bloque H estipulado en principio por el planeamiento, recomponiéndolo en un bloque en herradura orientado al sur. Se gana con ello la definición de un lugar, el patio redondo, generoso y soleado que sustituye al espacio indiferente previsto anteriormente. El proyecto encuentra ahora las claves formales para el arabesco ochavado de esquinas, pavimentos y la inevitable alberca central. En el diseño de las fachadas y los elementos del patio se funden los recuerdos del lugar andaluz con los de la famosa herradura que Taut levantó, también en medio del campo, al sureste de Berlín, en la Grossiedlung Britz. Se mantiene, sin embargo, en la metamorfosis, la planta característica del bloque con su escasa profundidad y su apretado programa; los arquitectos han conseguido una nueva organización mucho más favorable, cuyos rasgos esenciales enfatizan formalmente: las esquinas, las entradas y el patio. Sin embargo, en competencia con ellos permanecen otros no tan afortunados, como el tendedero y el shunt, inventos característicos de esa aportación nuestra tan sui generis a la vivienda social europea que es el bloque H...[+]