.... Una ciudad puede pasar por medievos y catástrofes, ver sucederse en sus casas a estirpes distintas, ver cambiar sus casas piedra a piedra, pero debe, en el momento justo, bajo formas distintas, reencontrar a sus dioses. Italo Calvino, Los dioses de la ciudad, 1975.

El Sur de la Friedrichstadt era ciertamente un lugar donde se citaban los dioses de Berlín; cargado de la historia de la ciudad desde el momento de expansión barroca patrocinada por el emperador cuyo nombre lleva, hasta el tranvía que a fin de siglo circulaba alrededor de la figura de diosa con alas doradas que presidía el Rondell. Sucedió también aquí la catástrofe; la guerra y la reforma urbana masiva. El compás barroco se ha desarmado: el famoso Rondell, la Belle-Alliance Platz y Puerta de Halle ha sido recompuesto como la flamante Mehringplatz, con bloques redondos y amarillos de viviendas. Ni Lindenstrasse ni Wilhelmstrasse acuden al centro, desviadas y reformadas para obtener una trama viaria más racional y eficaz, y la diosa alada ha volado, junto con el tranvía. Lindenstrasse —calle de los tilos— arriba, dos vestigios históricos en un mar de solares: un pequeño palacio barroco, de estucos blancos, amarillos y dorados, convertido en Museo de Berlín, y los restos del gran edificio fin de siécle de Seguros Victoria. Próximo a ellos, la esquina que construyó Erich Mendelsohn para la Unión del Metal durante la década racionalista. Este área, que comprende cuatro manzanas entre Lindenstrasse y Alte Jakobstrasse —la calle vieja de Santiago— ha sido objeto de particular estudio. El Gobierno de Berlín ha ocupado los restos de Seguros Victoria para instalar allí las oficinas urbanísticas; y en su ala sur se instaló el cuartel general de la IBA Nueva de Kleihues...[+]