Pasar inadvertido, sin que esto suponga renunciar a un lenguaje arquitectónico con carácter, fue el propósito fundamental a la hora de diseñar esta villa situada en la localidad holandesa de Vught. Con este fin, en lugar de concentrarse en un único volumen, el edificio se dispersa en una serie de pabellones cuya disposición evoca la típica de las granjas tradicionales neerlandesas. Esta fragmentación, sin embargo, no resulta incompatible con la funcionalidad doméstica, dado que las diferentes piezas están conectadas mediante un corredor subterráneo.

La inspiración en los tipos tradicionales explica también tanto el carácter facetado de la casa —que alude a la cubierta a dos aguas al mismo tiempo que crea riqueza volumétrica— como los materiales empleados: bronce y aluminio que recubren la envoltura y cuya textura acanalada —expresión del sistema constructivo— alude al corrugado de los tejados de chapa de las granjas de la zona.