El estudio danés Cobe es el encargado de convertir la antigua fábrica de acero Krulli en un barrio de uso mixto con viviendas y oficinas en la capital estonia. El plan director está basado en la transformación, la reutilización —desde materiales y componentes hasta edificios enteros— y la conservación de las construcciones patrimoniales, situadas en el corazón de Tallin.

El centro de innovación, un proyecto de arranque clave de este plan, está actualmente en fase de diseño detallado, y se espera que esté terminado en 2027. Con oficinas, cafés, tiendas, estudios de artistas y galerías expositivas, tres pabellones vecinos se rehabilitan y se complementan con nuevos espacios construidos con madera. Se reutilizarán todos los elementos, desde los muros de piedra caliza, pasando por las columnas y los paneles de hormigón, hasta los cimientos y las estructuras de acero, garantizando la conservación de las fachadas históricas y la reducción del impacto de las emisiones de carbono.