En uno de los escenarios parisinos de la Revolución Francesa, cerca del Palais Royal y del Louvre, se sitúa la manzana de Bons Enfants, cuya edificación se ha rehabilitado para alojar las hasta ahora dispersas dependencias del Ministerio de Cultura y Comunicación. El histórico vecindario, que cuenta entre otros con el edificio de la Bolsa, el Banco de Francia y la plaza de la Vendôme, constituye el entorno idóneo para el nuevo inmueble, en el que coexisten la monumentalidad de los años 20, el racionalismo de los 60 y los excesos de los 80.

La construcción anterior consistía fundamentalmente en dos edificios opuestos: sobre la calle Saint Honoré, una edificación de seis alturas de los años 20, con fachada de piedra y estructura de acero; sobre la calle Montesquieu, un inmueble racionalista de los años 60, modificado en los 80 para alojar dependencias del Ministerio de Finanzas; entre ambos, un patio cerrado y umbrío. Demoliciones puntuales, ensanchamiento de los forjados, y un tratamiento unitario de la fachada son las claves para generar la nueva sede. Hacia Montesquieu, se elimina la rotonda de la esquina y algunos salientes para conseguir una fachada rectilínea; hacia Bons Enfants, la operación es más radical, y se derriba parte del volumen de los años 60 abriendo el patio a la calle: con la entrada de luz, y dadas las condiciones climáticas del lugar, se desarrolla un jardín experimental de 170 m2 con especies arbóreas australes traídas de Tasmania y Nueva Zelanda para confeccionar un micro-bosque urbano; por último, los forjados se han ampliado hacia la calle y hacia el patio, dando mayor profundidad a las oficinas, que con una compartimentación interior de vidrio translúcido y con amplios ventanales al exterior, compensan el aumento de profundidad.

Pero lo que da unidad al conjunto de las operaciones llevadas a cabo es la instalación de una rejilla metálica compuesta por 5.000 m2 de acero inoxidable de 12 mm de espesor que envuelve todas las fachadas a la calle (las del patio permanecen acristaladas) y parte de la cubierta. El dibujo base para el diseño de la rejilla proviene de los frescos de Giulio Romano en el Palacio del Té en Mantua, de los que se eligieron seis motivos y se deformaron después en el ordenador. Cada uno de los motivos recorre una altura, pasando por delante de la piedra, el vidrio o el aluminio según sea el caso. El conjunto de la reja se dispone en 450 paneles de 3.80 x 3 metros, cortados con láser y realizados con una aleación rica en níquel para resistir la polución. Los paneles van soldados a los marcos y apoyados en ménsulas ancladas al forjado... [+]