The blur es una arquitectura atmosférica, una masa de niebla que resulta de la unión de fuerzas naturales y artificiales. Situado sobre el agua en el lago Neuchâtel, en Yverdon-les-Bains, el proyecto se concibió como un pabellón multimedia para la Expo Suiza 2002 con el objetivo de someter a los visitantes a una experiencia inmersiva que cuestiona su dependencia de la imagen y la nitidez visual.

La estructura en forma de disco, apoyada sobre cuatro columnas, se basa en el principio de la tensegridad que consiste en equilibrar un conjunto de perfiles metálicos comprimidos dentro de una red de cables tensados. Sobre este entramado ligero, se proyecta una fina bruma de agua procedente del lago, a través de 35.000 boquillas, cuya presión se regula en las diferentes zonas del edificio en función de los datos atmosféricos —de temperatura, humedad y viento— que recibe un equipo inteligente de control climático. El resultado es una visión blanca acompañada por el ruido blanco de los aspersores, que se complementa con un proyecto acústico firmado por el artista y compositor suizo Christian Marclay. Dos pasarelas formadas por secciones metálicas prefabricadas conectan la orilla del lago con el pabellón, salvando progresivamente la diferencia de altura entre ambos.