Las antiguas instalaciones de la feria de Milán, inauguradas en 1923 y situadas al oeste de la ciudad, quedaron obsoletas en 2002. La fundación propietaria decidió organizar un concurso para construir unas nuevas, que habrían de levantarse en un lugar próximo a la vieja feria —en los terrenos donde se hallaba anteriormente una refinería de petróleo, entre el aeropuerto de Malpensa y el casco urbano— en un plazo temporal breve. Resultó ganador un proyecto que garantizaba la construcción del nuevo complejo, de casi 530.000 metros cuadrados, en apenas treinta meses, y que articulaba una serie de pabellones por medio de un eje alabeado de vidrio laminado que ha pasado a constituir —una vez hecho realidad— la imagen y sello de identidad de la ‘Fiera’.

Un conjunto de vías rodadas rápidas, así como el metro y el ferrocarril, garantizan la accesibilidad al recinto, que se organiza mediante una sencilla retícula ortogonal. Ocho pabellones y un centro de convenciones se sitúan a ambos lados del eje, que con 1.5 kilómetros de longitud se abre en los dos extremos y recoge los flujos de entrada y salida. Seis de los pabellones son de una altura y corresponden a las exposiciones: de hormigón y acero y una dimensión de 224 x 164 metros, poseen una cubierta de pendiente mínima puntualmente perforada por dos conos truncados a modo de lucernarios que introducen luz natural en el interior de los pabellones, forrados exteriormente de aluminio. Los dos pabellones centrales, de 530 x 730 metros, poseen dos alturas y se revisten de acero pulido. En el eje aloja las circulaciones y las actividades de ocio y esparcimiento relacionadas con la feria: en el nivel superior una cinta mecánica elevada traslada a los visitantes; en el inferior se suceden los lugares de estar, stands y cafeterías, éstos últimos como piezas exentas de metal o vidrio.

La estructura del eje, que va de los cuarenta metros de anchura en los extremos a los treinta en su recorrido por el interior de la feria, se compone de 183 pilares arborescentes unidos a una estructura secundaria. Cada pilar consta de seis brazos, dos de los cuales se utilizan para desaguar la cubierta. La malla metálica se compone de piezas de acero sobre el que apoya el vidrio laminado. Las piezas, cuadrangulares en las áreas planas y triangulares cuando la cubierta se inclina y cambia de altura, se articulan en 26.000 nudos capaces de absorber los movimientos de la estructura. Las formas de este velo transparente imitan a las de la naturaleza: cráteres, olas, dunas o colinas animan la feria, proporcionando al visitante perspectivas siempre cambiantes... [+]