La falta de una planimetría detallada de la ciudad —la más poblada de Nigeria, y la segunda de África— a causa de su constante transformación, llevó a elaborar un mapa que reflejase la relación entre las evidencias locales y su contexto urbano específico.

Con un tercio de la superficie de la ciudad cubierta por el agua, un suministro eléctrico estatal disponible sólo tres horas al día y un sistema deficiente de transporte público, la intervención se centra en las infraestructuras de agua, transporte y energía. 

Combinando el aprendizaje extraído de las inteligencias locales con tecnología global, la propuesta genera una red de infraestructuras definidas mediante una serie de prototipos físicos y estratégicos que aúnan intervenciones de menor tamaño con la gran escala.