Situadas en el estado de Washington, en el bello entorno natural de Methow Valley, estas seis cabañas rodantes se proponen como una sofisticada alternativa a los habituales campings, con un diseño que también apuesta por la baja tecnología y un reducido presupuesto.

Estos módulos se sitúan sobre un prado inun­dable que antiguamente servía como aparcamiento de caravanas. La imposibilidad de conseguir una licencia para construir en este lugar llevó a la idea de alzar cada una de las cabañas sobre cuatro ruedas de modo que se convirtieran en estructuras a medio camino entre una casa y una caravana. El hecho de elevarlas también ayuda a proporcionar vistas sin obstáculos hacia la naturaleza y las montañas circundantes.

La construcción es sencilla, en esencia es una caja de acero cortén revestida en su cara interior por corcho y tableros de contrachapado, apoyada sobre un entramado de vigas de acero y madera. Los muros están rematados en su parte superior con vidrios, sobre los que ‘flota’ la cubierta inclinada realizada con panel sandwich estructural formado por doble tablero contrachapado con alma de poliuretano. En el extremo septentrional de la cabaña, dos hojas de vidrio deslizante abren la cabaña al exterior, de modo que el espacio habitable no se reduce a los 60 metros cuadrados del interior, sino que se prolonga en los más de 12 metros cuadrados de espacio cubierto alrededor de él, donde se sitúa un pequeño aseo. Las duchas y un baño completo se alojan en una pieza central localizada a una determinada distancia de las cabañas, cerca del aparcamiento. Estas piezas se agrupan como un rebaño: aunque cada una está estratégicamente situada para evitar que ninguna obstaculice la visión del panorma a la otra, la proximidad entre ellas las unifica.

Mientras que los acabados exteriores permiten que las piezas se vayan modificando con el paso del tiempo, en el interior, un mobiliario modular posibilita variar la configuración de cada estancia según las necesidades... [+]