En su encuentro violento con el territorio, las grandes autopistas dividen geografías y cortan la tierra con la voluntad indiferente de unir dos puntos por el camino más corto, y el paisaje herido de taludes y desmontes que dejan a su paso obstaculiza la percepción del entorno por parte del viajero. Para suavizar la transición entre las carreteras y los parajes por los que discurren, dos intervenciones en sendas autopistas francesas extraen claves del contexto para ordenar las impresiones visuales del que viaja en coche, invitándole detenerse para conocer más de cerca los lugares por los que pasa.
La actuación a lo largo de la autopistaA-85 (que une las ciudades de Angers, Tours y Vierzon) doma el encuentro de la carretera con el campo mediante una reorganización tridimensional de la topografía apoyada por el tratamiento de la vegetación. Así, en aquellos tramos en los que la rasante de la calzada difiere sustancialmente de la del terreno, éste se ha moldeado en líneas ondulantes y rectas, paralelas y perpendiculares al trazado viario, transformando las cunetas en una obra de Op-Art que juega con la velocidad a la que se mueve el observador para potenciar su efecto cinético. Al mismo tiempo, las masas boscosas existentes se refuerzan con plantaciones adicionales de manera que una estructura lineal de pantallas verdes perpendiculares a la trayectoria del automóvil prolonguen las visuales del conductor. El talud seco asociado a las obras de infraestructura para el tráfico rodado desaparece para ceder el protagonismo a la vegetación y procurar la máxima continuidad entre el paisaje y el plano del movimiento.
Sensible a las claves que ofrecía el contexto, el tratamiento de borde de la autopista que une Saintes y Rochefort, en el sur de Francia, supuso la oportunidad de recuperar un paisaje olvidado. Las formaciones rocosas que afloraron al desmontar el terreno revelaron la presencia de unas antiguas canteras que habían sido cubiertas por una capa de vegetación. Tras quitar la tierra depositada a lo largo del tiempo, se descubrieron cuevas cegadas y huecos en la roca que evocaban una ciudad en ruinas. En un proceso sustractivo y casi arqueológico, la masa pétrea fue tallada y dinamitada selectivamente para encuadrar pedazos de paisaje entre los macizos rocosos en primer plano. Junto a la cueva de Crazannes, se ha aprovechado la expresividad de la roca para instalar un área de descanso desde la que se invita a visitar la cornisa de piedra. Una pasarela dicta el recorrido, segregando las partes de la cantera que se pueden pisar de las que sólo pueden ser contempladas a distancia para evitar su deterioro... [+]
Cliente Client
Cofiroute, Sacao, Socaso (A.85 & A.28); Autoroutes du Sud de la France, Scetautoroute (A.837-Saintes /Rochefort)
Arquitecto Architect
Bernard Lassus
Contratista Contractor
Deschiron
Fotos Photos
Bernard Lassus