El nuevo espacio para lémures —los primates más pequeños, oriundos de la isla de Madagascar— se ha proyectado para fomentar la interacción controlada entre estos animales y los visitantes del Zoo de Melbourne. Con este propósito, la intervención se ha hecho depender de dos partes fundamentales: el túnel de entrada y la llamada ‘Casa del árbol’. El primero permite romper los lazos exteriores, para crear una experiencia inmersiva en la que el visitante puede relacionarse con los lémures. Por su parte, la Casa del árbol funciona como una suerte de mirador separado del hábitat animal, en el cual el visitante puede descansar, además de contemplar a los animales desde arriba.

Desde el punto de vista constructivo, el elemento más singular del proyecto es la serie de vainas geométricas con que está construida la Casa del árbol. Estas vainas se prefabricaron en taller para facilitar el montaje y evitar la generación innecesaria de residuos. Los materiales empleados en su construcción fueron pocos, pero todos recuerdan al bosque húmedo del que provienen los lémures. Predominan, así, las maderas recicladas y las superficies de mimbres, que se fijan a una sencilla estructura construida con elementos de acero de color negro mate. Una ligerísima malla, sostenida por una colección de soportes arbóreos, cubre el ecosistema...[+]