El cobertizo para el secado de madera que un grupo de estudiantes de la Architectural Association ha erigido en Hooke Park, al sur de Inglaterra, sirve para almacenar en buenas condiciones el material con el que más tarde otros grupos levantarán nuevos pabellones, todos ellos proyectados, fabricados y ensamblados con técnicas de autoconstrucción (design/build). Se trata de un pequeño galpón concebido para aprovechar la madera de haya común (fagus sylvatica), una especie de la que existen grandes plantaciones en Europa y que es muy resistente desde el punto de vista mecánico, pero que no se suele utilizar como material de construcción debido a su limitada durabilidad.

Para hacer posible su uso con fines arquitectónicos, la madera se ha tratado con una imprimación de boro —que la vuelve resistente al ataque de insectos y hongos—, además de protegerse con un membrana translúcida de PVC, tensada sobre una subestructura ligera.

Es esta última la que está formada por piezas de haya. Su geometría resulta de curvar en seco planchas de madera maciza de dos metros de longitud mediante una prensa neumática ideada por los estudiantes. Ensambladas entre sí mediante un pasador de acero, estas piezas pasarán a formar parte de un entramado hexagonal cuyo dibujo permite optimizar el comportamiento estructural del conjunto, de manera que no se necesiten escuadrías muy grandes y con ello sea posible aprovechar al máximo la sección resistente de los troncos, obtenidos directamente de las plantaciones del parque donde se sitúa el cobertizo.