Con el objetivo de preservar las vistas al paisaje protegido de las montañas de Baiyun, los tres edificios que constituyen el nuevo centro deportivo de Guangzhou se insertan en el terreno y se muestran apenas sobresalientes, como si quisieran establecer una transición entre el mundo edificado y rectilíneo de la ciudad y el paisaje geológico y ondulado de las montañas. El resultado es una colonia deportiva de cubiertas rotundas pero contenidas, un paisaje artificial que destaca sobre el natural, tanto durante el día —blanco perla sobre verde frondoso—, como durante la noche —luces brillantes sobre montañas oscuras—. La estructura, que retoma la línea de investigación iniciada en el aeropuerto Charles de Gaulle de París consistente en la utilización de elementos repetitivos que dan forma a un todo más complejo, debe hacer frente también a los problemas técnicos derivados de la existencia de movimientos sísmicos. Una ligera estructura metálica con forma de cúpula rebajada —similar para los tres recintos— surge de una base de hormigón armado y queda revestida de paneles translúcidos que proporcionan una iluminación uniforme suave y lechosa que hace del interior un espacio cálido y apacible, pensado como contrapeso a la tensión propia del deporte y del espectáculo.
El conjunto forma parte de un parque de dieciocho hectáreas, en el que se incluyen las instalaciones destinadas a actividades al aire libre, rodeadas de vegetación. Aunque de escalas diversas, los tres caparazones translúcidos que conforman los tres edificios principales tienen una forma y una lógica estructural semejante, que les hace miembros de una misma familia genética. La variación de forma y de tamaño de la secuencia describe un movimiento de evolución curvilínea y creciente, que permite resolver el programa con una gran claridad jerárquica. El edificio principal adopta distintas configuraciones en función de las necesidades: pista de atletismo, gimnasio, cancha multideportiva, tenis o ping-pong. El segundo volumen en tamaño constituye un gran espacio para entrenamientos, que incluye una piscina olímpica y una serie de espacios especialmente diseñados para otros deportes; mientras que el más pequeño de los tres alberga el centro deportivo público. La estructura se parece a la de la sala F de la Terminal 2 del aeropuerto Charles de Gaulle, aunque la luz que cubre —160 metros— exceda con mucho la del edificio parisino. Las instalaciones, también como en el aeropuerto, discurren por un espacio técnico situado en la parte más alta de la cubierta, una especie de cumbrera longitudinal que forman las vigas transversales... [+]
Cliente Client
Municipality of Guangzhou
Arquitectos Architects
Paul Andreu, ADP, Guangzhou Design Institute
Colaboradores Collaborators
François Tamisier, Serge Carillion, Michel Adment, Hervé Langlais
Consultores Consultants
Aéroports de Paris (estructura structural design); Setec (diseño del equipamiento equipment design); Philippe Delaplace, Felipe Starling (gestión de proyecto project management)
Contratista Contractor
Pearl River Enterprises Group