Situado entre un importante distrito comercial y la Universidad Ryerson, el centro de aprendizaje tiene la doble función de satisfacer las necesidades académicas del campus y de mejorar la calidad urbana del entorno de Yonge Street, una de las avenidas más conocidas de Canadá por sus tiendas. Para ello, el edificio recorta la esquina sur de su volumen y se eleva del suelo para generar una plaza cubierta que además de servir de entrada, potencia actividades sociales a todas las escalas: desde reuniones colectivas a zonas de asiento individual. Una serie de rampas y escaleras conducen desde este espacio a un generoso vestíbulo que ofrece más zonas de descanso, así como un área de estudio abierto, con servicio nocturno, y una cafetería. Desde la planta baja a la terraza superior, los distintos niveles cambian su distribución y morfología en función del programa: cada piso dispone de sistemas de tecnologías interactivas independientes y de un mobiliario informal y fácilmente reorganizable según las necesidades, siempre fomentando el uso compartido y versátil de los espacios comunes. Las fachadas se componen de una piel de vidrio sinterizado con un patrón que controla la luz ultravioleta y tamiza la incidencia para garantizar el confort en las salas de lectura, sin prescindir de la iluminación natural.