El nuevo Centro de Artes Escénicas de la Universidad de Queens, en Kingston, se sitúa sobre la costa noreste del lago Ontario. El proyecto utiliza como punto de partida la histórica destilería Morton que existe en el solar. En esta ocasión el estudio trabajó con la Universidad para crear un entorno de colaboración y apoyo que favoreciera el desarrollo de los artistas en sus respectivas disciplinas. En sus 7.000 metros cuadrados, el centro Isabel Bader aúna salas de ensayo, aulas, espacios escénicos y la pieza principal: un gran auditorio con un acústica de máxima calidad —desarrollado con los expertos de Arup— y con capacidad para 566 personas, que se convierte así en la única sala de estas características en su región. Este teatro de música clásica toma como base las proporciones y la acústica de las grandes salas de conciertos europeas, y está diseñado para conseguir un excelente sonido no amplificado. En constante colaboración con la universidad y con el comité de patrimonio de Kingston, se define una clara intención de distinguir entre las nuevas estructuras y las zonas rehabilitadas por medio de los materiales. El paisajismo exterior, que une el edificio con el vecino centro creativo Tett, destaca, al igual que el vestíbulo de entrada, por su vinculación a las vistas privilegiadas del lago y la naturaleza.