Marcado por su desarrollo en una pendiente que discurre hasta el borde de un lago, la casa se compone de cinco piezas —como cinco piedras que ruedan por la ladera— vinculadas por un camino en zigzag. El camino parte de la calle de acceso, en la cota más alta, y discurre bajo la primera ‘piedra’, pasa junto a la segunda, y da paso al espacio común, con el que conectan las otras tres. Las piezas se identifican como: la ‘torre de cielo’, bañada por la luz que atraviesa una cubierta de vidrio; la ‘suite S’, iluminada por los dos extremos y con un baño común que vincula las dos habitaciones alojadas en la S; el ‘belvedere’, parcialmente insertado en el espacio común y cuyo baño, dentro de una urna de vidrio, asoma hacia el lago; el ‘cuerno’, una habitación alargada y estrecha que se descubre conforme se recorre, hasta alcanzar el ventanal final; y la ‘sala hundida’, separada del resto y semienterrada en una posición más próxima al lago. El área común de esta casa de ocupación temporal se destina a comedor y lugar de encuentro: una mesa alargada vincula ambos usos desde la cocina hasta el estar, convirtiéndose en centro neurálgico. El conjunto, con las piezas diseminadas y la torre emergiendo, recuerda a un Pegaso o caballo alado, nombre con el que se ha bautizado la casa... [+]