No hace demasiado comenzó a escucharse en ciertas residencias presidenciales que la prensa era ‘el enemigo del pueblo’: un ataque gubernamental injustificado, que paradójicamente alude a la obra con la que Ibsen quiso constatar, entre otras cosas, el vital papel de los medios en una democracia. Noruega puede presumir de ella desde tiempos aún anteriores a su dramaturgo más ilustre, y síntoma de esta buena salud liberal es la reciente apertura de la llamada Casa de la Prensa, un centro que reúne a un cúmulo de asociaciones de periodistas, noticieros y comunicadores, y que además desea ofrecer espacios públicos de reunión para hacer partícipes a los ciudadanos de los debates actuales.

Para ello, dos edificios fin-de-siècle han sido cuidadosamente renovados y reorganizados en torno a dos nuevos patios cubiertos: mientras que el de acceso sigue una sección en embudo, con una serie de pasarelas que cuelgan del lucernario de madera, el segundo es un prisma de luz donde se suprime cualquier circulación perimetral para destacar la importancia de la antigua estructura metálica, a su vez soporte de otra grácil marquesina lígnea...  [+]