Concebido inicialmente para el Banco Ciudad, el edificio se transformó en ayuntamiento gracias a su polivalencia tanto funcional como simbólica.

El proyecto utiliza la distribución libre del Climatroffice, evocando los diseños de hospitales de Amancio Williams con su gran cubierta ondulada que, junto a la vegetación circundante, protege del sol a la fachada vítrea. 

La flexibilidad del espacio interior, la transparencia del cerramiento, la iluminación cenital y la adecuación al entorno periférico permitieron que el edificio cambiara de uso sin necesidad de revisar el tipo arquitectónico.