Este sinuoso edificio de apartamentos de lujo, situado en el cruce entre la High Line neoyorquina y la West 28th Street, evoca, con su división por niveles y los diversos tipos de espacios que se generan en su interior, las conexiones a distintas alturas y la enorme interacción social existente en el espacio público que lo rodea, derivada de la reconversión de las vías abandonadas de tren en un parque elevado. 

El proyecto alberga 39 viviendas distribuidas en 11 plantas, y cuenta con interiores hechos a medida, nuevas tecnologías integradas en los apartamentos y en las zonas comunes, un spa, una piscina panorámica, un jardín de esculturas y una sala de juegos que incorpora un teatro IMAX. La fachada se fragmenta en altura mediante una serie de piezas de acero, de construcción artesanal, intersecadas en forma de V. Cepillados y tintados manualmente, estos paneles evocan el pasado industrial de Chelsea y contrastan, al tiempo, con los edificios de ladrillo adyacentes.