La necesaria modernización de las sedes judiciales llevó a la Junta de Andalucía a convocar en 2006 el concurso para la nueva Ciudad de la Justicia de Córdoba. En un solar de 12.000 metros cuadrados, dentro de un área urbana de nueva creación, el proyecto dotaría al barrio de un edificio emblemático y con identidad propia, que dialogara con los bloques residenciales del entorno, y cuya imagen conciliara de manera natural la arquitectura contemporánea con la tradición cordobesa.

Inspirado en el perfil de las montañas de Sierra Morena, el proyecto propone una nueva plaza en continuidad con el parque Huerta del Sordillo, desde la cual se divisa el característico bloque urbano cuyas fachadas y geometrías dotan de personalidad al barrio, compactando el volumen construido para proporcionar un amplio espacio libre que conforme la entrada principal al complejo.

La nueva sede es una microciudad cuya estrategia de integración urbana se basa en la fragmentación en piezas para adaptarse a la morfología del contexto, semejando un proceso de crecimiento espontáneo que oculta su ley de estructuración espacial. Con esta idea, se introducen fracturas diseñadas a modo de patios que, de la misma forma que los afniyah de la ciudad musulmana, introducen luz natural y ventilación en las zonas centrales del edificio. Así, la masividad del nuevo bloque urbano se fragmenta por esos cortes en el volumen, deliberadamente acentuados por la materialidad de las fachadas.

La envolvente de paneles prefabricados de GRC proporciona una imagen pétrea, y al mismo tiempo limita la radiación solar mediante pequeñas ventanas cuya geometría se inspira en el carácter islámico de la ciudad. En los patios se disponen huecos mayores, protegidos con una celosía metálica dorada que tamiza la entrada de luz. La evocación de la tradición cordobesa se enfatiza con los patios, transitables y con vegetación, que articulan los espacios interiores, generando una propuesta de tipología urbana sostenible, que ofrece sombra y un poco de aire fresco en las altas temperaturas que caracterizan el clima de la zona. A su vez, los esbeltos patios se estrechan en la parte superior contribuyendo al confort térmico. 

La ordenada organización de los espacios en el interior contrasta con la irregular volumetría exterior. La distribución busca optimizar recursos y espacios, organizando las áreas de trabajo en torno a los patios. En las dos primeras plantas se sitúa un amplio corredor central público de relación y acceso a las salas de vistas y estancias de uso público, mientras que en las plantas superiores y bajo rasante se disponen usos de carácter más privado.