México, el país del mundo con más emigrantes, y Estados Unidos, el país con más inmigrantes, a pesar de compartir una frontera que cruzan diariamiente más de un millón de personas, carecían hasta ahora de una publicación capaz de exponer las condiciones contemporáneas de esa franja desde una perspectiva multidisciplinar y global. Al mejor estilo de los libros de Rem Koolhaas y Bruce Mau, el mexicano Fernando Romero presenta un estudio en cuya definición de frontera los límites geográficos se extienden hacia investigaciones en torno a la economía, política, urbanización, salud, educación, narcotráfico, medioambiente o cultura. Al analizar las particularidades e interdependencias entre ambos territorios, así como su inserción dentro del contexto mundial, se incluyen temas como las guerras energéticas, los intercambios comerciales y los derechos humanos. Combinando cifras, imágenes y textos, las visiones transitan desde las políticas electorales hasta las manías post11-S, desde el comercio informal hasta la economía china, o desde las fronteras entre las dos Coreas hasta la de Marruecos y España.
México, cuyas remesas desde Estados Unidos —23.053 millones al año— equivalen al segundo ingreso en dólares después de las exportaciones petroleras, y Estados Unidos, donde actualmente se vende más salsa picante que ketchup, aparecen registrados desde ámbitos inusuales. Una de las zonas más complejas y dinámicas del planeta, donde existen más patrullas fronterizas estadounidenses que soldados en Afganistán, recibe con datos valiosos y diseño provocativo la atención merecida, esperando que la comprensión de las condiciones actuales provoquen nuevas ideas para el futuro.