Libros
Herzog & de Meuron 2005-2007
La publicación de la obra de algunos arquitectos deviene historia encuadernada. Así ocurrió con los míticos ocho volúmenes que recogen la Oeuvre complète de Le Corbusier, y así sucede hoy con la sucesión de tomos que van documentando el trabajo de Herzog & de Meuron, un estudio que celebra este año su cuarenta aniversario. Los primeros cuatro volúmenes aparecieron entre 1996 y 2009, y en 2018 ve la luz el sexto, dedicado a los proyectos gestados entre 2005 y 2007; el quinto, que incluye obras de desarrollo tan prolijo como la Elbphilharmonie, se anuncia para 2019. Cada uno de los libros contiene, además de una meticulosa descripción de todos los proyectos realizados por la oficina en el periodo —60 en el volumen que reseñamos—, una documentación exhaustiva sobre el diseño y construcción de los que se juzgan más relevantes, 21 en nuestro caso; en ellos, las inevitablemente impersonales memorias se acompañan de textos escritos en primera persona por Jacques Herzog que ofrecen un testimonio lúcido sobre las circunstancias e intenciones del proyecto, componiendo un fresco narrativo y crítico que pocos arquitectos son capaces de hacer sobre su propio trabajo, y que constituyen sin duda lo más valioso del volumen.
Bajo las exquisitas cubiertas de tipografía cromática inspiradas en la obra de Rémy Zaugg —un artista íntimamente vinculado al estudio, desaparecido en 2005, y que intervino en los volúmenes iniciales—, con la dirección experta de Gerhard Mack y el trabajo riguroso del equipo que lidera Esther Zumsteg, esta sexta entrega de la obra completa contiene proyectos tan significativos como el de la Beijing Film Academy, ejecutado sin intervención de los suizos, pero cuyos apilamientos están en el origen del Actelion Business Center en Basilea, de esa obra maestra que es la VitraHaus y de la torre neoyorquina de apartamentos en 56 Leonard Street; obras admirables como el mágico garaje en 1111 Lincoln Road o el sobriamente elegante Pérez Art Museum, dos edificios en Miami que han entrado en resonancia con la presencia allí desde 2002 de Art Basel para transformar el espíritu de la ciudad; y empeños españoles tan brillantes como las Anchor Rooms del aún no realizado Espacio Goya en Zaragoza, las escultóricas paradas de autobús del Bulevar de Burgos o la urbanidad enclaustrada de la nueva sede del BBVA en Madrid.
Junto a ellos, arquitecturas efímeras como las escenografías para las óperas Tristán e Isolda y Attila —que por cierto sirvieron también de prólogo para la monografía de AV que recogió su trabajo desde 2005—, proyectos visionarios como el rascacielos Triangle parisino, y obras que ponen en cuestión la forma de intervención en el patrimonio, como la exquisita regeneración de la Park Avenue Armory neoyorquina, o la manera de preservar un archivo, como han aplicado al suyo propio con el magistral acantilado desnudo de su Kabinett en el barrio Dreispitz de Basilea: un acervo extraordinario de obras, concebidas con herramientas tradicionales —hacía tiempo que Herzog no hacía tantos croquis como en estos tres años, asegura Mack— por unos arquitectos que han preconizado un retour à l’ordre antes de que la crisis iniciada en 2008 lo impusiera por doquier, y que han sabido reconciliar su testaruda voluntad experimental con el respeto por la historia, inscribiendo así en ella muchas de las obras que aquí se presentan entre dos cubiertas.