En ocasiones, las casualidades son ilustrativas: el pasado abril de 2010, Rem Koolhaas impartió una conferencia en la Universidad Americana de Beirut en la que expuso, entre las actuales líneas de investigación de OMA, el proceso de conformación de la modernidad que se está llevando a cabo fuera del mapa convencional del desarrollo. Este interés —con claros precedentes en sus ya conocidas tesis sobre el Muro de Berlín o Lagos— ha desembocado en una cadena de publicaciones sobre la península Arábiga iniciada hace ya un lustro con The Gulf (Lars Muller Publishers, 2006). AMO —la facción teórica y de investigación del despacho holandés— es responsable en colaboración con Archis y C-Lab de la elaboración de Volume, una revista trimestral temática que despliega con frecuencia puntos de vista e invitados alejados de la ortodoxia. En esa clave puede interpretarse la edición de estas guías que retoman contenidos tratados previamente: el primer Al Manakh se editó en 2007 como un ejemplar especial de la publicación periódica; mientras que Beyroutes (suplemento en venta con Volume 22: The Guide, 2010) amplía los contenidos de un pliego-sección (Volume 14, 2007), dedicado en otros números a ciudades como Kabul y Nápoles. Esta genealogía común, que enfrenta memes y estadística en sus resultados impresos, ofrece registros adicionales de un territorio oculto tras el estrépito de la economía ecuménica y las crisis geopolíticas.
Si los estudios precedentes sobre el Golfo se centraron en las transformaciones que tenían lugar en una zona en plena expansión, Al Manakh 2 modifica enfoque y contexto para buscar la participación de profesionales y agentes ligados a la región (por origen o trabajo) en un momento de incertidumbre. Alo largo de sus más de 500 páginas, este reader —que confunde lo exhaustivo con lo agotador y lo significativo con lo banal— analiza desde nuevas infraestructuras (como el monorraíl de Dubai, Masdar o el circuito de Yas Marina) y jerarquías de poder (merece mención expresa el despiece del tejido empresarial y gubernamental de Dubai), a retazos de lo cotidiano (fanáticos del monopatín en Riad) o episodios inesperados de lo económico (las viviendas kitsch que los trabajadores inmigrantes construyen en su Kerala natal). Todo ello aderezado con la habitual lujuria gráfica y pasión diagramática que caracteriza a los diseños de Irma Boom.
El intento de Beyroutes es bien distinto: en este caso, como ejercicios de estilo al modo de Queneau, propone distintos acercamientos a la capital libanesa en cuatro capítulos —‘First Impression City’, ‘Official City’, ‘Emotional City’ e ‘Invented City’— que priman lo narrativo sobre lo utilitario. La casi total carencia de información convencional o referencias explícitas a arquitectos contemporáneos (Moneo o Khouri) tienen por objeto fabricar una imagen alejada de lo obvio. Así, se pueden encontrar al menos tres recorridos complementarios por Bourj Hammoud (el barrio de la comunidad Armenia); consideraciones sobre la ambigua influencia urbanística de Solidere —empresa público-privada fundada por el asesinado Rafik Hariri— en el distrito histórico de Hamra; una visita y guía de supervivencia por el barrio de Daliyah (refugio de Hezbolá); un inventario de objetos del mercado negro; o incluso la historia de un empresario de pompas fúnebres tan macabro como avispado. Un conjunto de experiencias que se yuxtaponen para conformar un matizado (y muy personal) retrato de un entorno en permanente ebullición.