1923-2020
El arquitecto y urbanista francés Yona Friedman —acaso el último de los grandes maestros utópicos del siglo XX— falleció en París el 21 de febrero de 2020 a los 96 años. Era húngaro, pero su condición judía estuvo a punto de costarle la vida durante la II Guerra Mundial, tras la cual pasó por Jaifa en Palestina antes de radicarse definitivamente en el París marcado por los movimientos de vanguardia, con los que pronto entró en contacto. Su contribución mayor fue teórica y temprana, y se explica por la influencia conjunta del Situacionismo y el arte cinético: el manifiesto ‘L’architecture mobile’, publicado en 1958, donde defendió la creación de megaestructuras que se colocarían sobre ciudades existentes y permitirían que los ciudadanos configuraran su vida de manera flexible. Se trató de un planteamiento promisorio y radical que le acercó al trabajo de otros megaestructuristas como Constant y Archigram y que, como ocurrió con estos, no se acabó materializando en ninguna propuesta real, más allá de los muchos libros, dibujos, maquetas y películas que Friedman fue publicando en bienales, revistas y exposiciones a lo largo de su larguísima y al cabo un tanto repetitiva carrera.