La singularidad de este libro comienza por su título: Agenda. Una agenda permite planificar los objetivos, pero en ella quedan grabados los pasos intermedios y las circunstancias en que se han dado. Sin ser propiamente una monografía de arquitectura ni una biografía, este libro ambiguo posee elementos de ambos géneros; su gran formato recuerda al de un atlas, si bien esta impresión queda desmentida por el diseño de sus páginas, que se conciben como las de una novela rodeada de amplios márgenes en los que distribuir imágenes, dibujos, notas y referencias bibliográficas. La intención última es explicar el nacimiento y consolidación de un estudio de arquitectura, así como los factores que rodean su proceso de creación.
Más relevante que el conocimiento del objeto final construido es el de los clientes, los conflictos internos, las referencias, el contexto social. Es por ello que las imágenes ceden su habitual protagonismo a un texto articulado cronológicamente y preocupado en mayor medida por la narración de los hechos que por la elaboración teórica. Prolijo en anécdotas y experiencias propias de cualquier estudio joven, el libro se beneficia asimismo de la sugerente calidad de los proyectos y del interés suscitado por la escena arquitectónica holandesa de la última década.