Ubi bene, ibi patria
Arquitectos españoles en el extranjero
Allí donde te vaya bien, esa es tu patria. Construir fuera de España ha sido, para los arquitectos de nuestro país, un reto al mismo tiempo que un reconocimiento que tradicionalmente sólo ha estado al alcance de algunos pocos y prestigiosos nombres, como Rafael Moneo, Santiago Calatrava o Ricardo Bofill. Con todo, el aumento del cosmopolitismo en las nuevas generaciones —mejor dominio del inglés, formación en universidades extranjeras, facilidad en el manejo de las redes—, y, sobre todo, la necesidad de reinvertarse tras el colapso del sistema de concursos públicos y el agostamiento de los encargos privados, ha propiciado la salida fuera, muchas veces con éxito, de estudios no necesariamente grandes pero sí competitivos y valientes.
Fue el caso, en su momento, de RCR arquitectes, que, antes de la concesión del Premio Pritzker, habían optado ya por concursar tozudamente fuera de España; una apuesta que se demostró afortunada y dio pie a un puñado de edificios notables en Francia y Bélgica, entre ellos el Museo Soulages en Rodez o la Mediateca Waalse Krook en Gante. Semejante empeño fue el de José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez —autores de obras importantes en Francia, como el Centro de congresos de Troyes—, el de Juan Herreros —que construye el Museo Munch en Oslo—, o el de Nieto Sobejano, con estudios en Madrid y Berlín, y que desde hace una década vienen trabajando en el contexto germanoparlante, y han firmado obras como el Museo Moritzburg en Halle o el Joanneumsviertel en Graz. A esta nómina debe añadirse, por supuesto, Barozzi Veiga, cuyo meteórico despegue hacia Europa se ha materializado en edificios como el Museo de la ciudad suiza de Chur o la Filarmonía de Szczecin, en Polonia, por la que recibieron el Premio Mies van der Rohe en 2015.
En otros casos, la búsqueda de encargos profesionales ha tenido como escenario entornos más cercanos culturalmente, como Latinoamérica —donde Herreros ha construido el Ágora-Bogotá—, o, por el contrario, muy alejados, como China, donde Ábalos Sentkiewicz acaban de terminar una iglesia en el distrito del New Bund en Shanghái. Y estos ejemplos de exportación conviven con otros en los que la migración resulta personal y tiene que ver con el interés de las universidades estadounidenses por los arquitectos españoles, como sugieren los casos de Andrés Jaque, Antón García-Abril o Iñaqui Carnicero.
Arquitectura Viva quiere dar cuenta de este panorama a través de una selección de cinco edificios en diferentes contextos, construidos por estudios de diferentes condición y generación: desde el Centro Arvo Pärt en Estonia, de Nieto Sobejano, hasta el Second Home en Los Ángeles, de Selgascano, pasando por la Facultad de Radio y Televisión en Katowice, Polonia, de BAAS, el Parlamento de Vaud en Suiza, de Bonell i Gil, y el Centro universitario en Senegal, de IDOM.