Kengo Kuma pertenece a la generación de arquitectos japoneses que ha sabido proyectar una arquitectura plenamente contemporánea sin renunciar a la tradición. Defensor de los valores locales frente a la globalización, Kuma ha centrado su obra en la calidad de los materiales y en la relación de estos con el lugar, convencido de que la impresión que provoca un edificio depende más de estos factores que de otros como el espacio o la luz. Con ello antepone el carácter tectónico a la forma, asumiendo que esta se encuentra ya implícita en el material. El resultado es un lenguaje propio que combina sutilmente la artesanía tradicional con la investigación de nuevas técnicas de gran sofisticación.
De todo ello nos habla el libro, a través de veinticinco proyectos ordenados por materiales de construcción y elementos naturales (agua-vidrio, madera-hierba-bambú, piedra-tierracerámica), confirmando el respeto reverencial de Kuma por las técnicas y sus resonancias con la naturaleza, por la relación entre material y lugar. La voz del arquitecto acompaña a las imágenes y dibujos de los proyectos, a través de textos que oscilan entre lo descriptivo y lo poético. La nube o la niebla son algunas de las expresiones empleadas para describir su propio trabajo e intenciones, siempre referidas a lo perceptivo y no tanto a lo puramente visual. De ahí la profusión de fotografías y dibujos centrados en el detalle y en la textura del material, que remiten a su condición táctil.
Un extenso ensayo de Kenneth Frampton completa el volumen, con su habitual profundidad de lectura. En él reclama el valor de la postura de Kuma, en la que se combinan de modo inédito el sustrato poético y el rigor cartesiano.
La riqueza de referencias a una arquitectura tan intensa y arraigada como la japonesa y la cuidada producción del libro, lo convierten en un excelente instrumento para quien se preocupe por proyectar y construir una arquitectura contemporánea y al mismo tiempo ajena a la banalidad de lo genérico.