(1924-2009) 

El arquitecto noruego Sverre Fehn saltó a la fama en la Bienal de Venecia de 1962 gracias a su Pabellón de los Países Nórdicos: una estructura de hormigón armado que diluye los límites entre exterior e interior, y cuya cubierta de vigas de gran canto queda interrumpida por los troncos de algunos árboles preexistentes. El interés por la luz como materia arquitectónica, el ritmo repetitivo y articulado de la estructura y el respeto por la naturaleza son algunos de los elementos más significativos de esta obra, y cualidades omnipresentes en la mayor parte de su producción. Fehn había iniciado su carrera profesional en 1949 con el concurso para el Museo de la Artesanía en Lillehammer, y su dilatada trayectoria incluye realizaciones como el Pabellón de Noruega para la Exposición Internacional de Bruselas (1958), el Museo Arzobispal en Hamar (1967), el Museo de los Glaciares en Fjærland (1991) o la reciente sala de exposiciones del Museo Noruego de Arquitectura en Oslo (2008), además de varios edificios residenciales. Entre los numerosos premios con los que fue galardonado, destacan la Medalla de Oro Heinrich Tessenow y el premio Pritzker, ambos concedidos en 1997.