Seiscientos sesenta y seis
Three Magazines, 666 Issues
Por un azar pitagórico, el proyecto AV/Arquitectura Viva —que nació en 1985 y agrupa las revistas AV Monografías, Arquitectura Viva y AV Proyectos— completa su año cuadragésimo habiendo publicado 666 números: 270 cada una de las dos primeras cabeceras, y 126 la tercera. Más allá de su asociación apocalíptica con el Maligno, algo que no debería molestar demasiado a quienes al ejercer la crítica asumimos resignadamente un papel ancilar de aguafiestas o un protagonismo indebido de censores, 666 es un número triangular, que resulta de la suma de los primeros 36 números naturales, y eso inevitablemente alegra a quienes editamos tres revistas procurando dotarlas de un orden geométrico en su composición gráfica y un orden aritmético en su estructura narrativa, por no hablar de su director, que ha publicado una selección de sus artículos en 36 pequeños volúmenes, o que resume la crónica de 2024 en un librito con 36 textos: los doce meses que también se recogen aquí, a los que se añaden doce argumentos y doce retratos.
Esos doce meses se inician con los retrocesos en la globalización y la influencia del comercio internacional en el descontento del campo europeo, en un momento de creciente desorden que anima a usar la imagen de la nave de los locos, porque no de otra manera puede explicarse la generalización del rearme ante los conflictos de Ucrania y Gaza. La inmigración hizo girar a Europa a la derecha en las elecciones de junio, pero el continente no tiene aún herramientas para enfrentarse al auge de China y al aislacionismo de Estados Unidos, dirigido a partir del año próximo por un Trump cuyo liderazgo ha adquirido dimensiones míticas. Durante el ejercicio hemos contemplado también un gradual deterioro institucional que puede agudizarse con la espoleta del malestar social por el coste de la vida y el precio de la vivienda, o de la indignación ante la insuficiencia de la respuesta a una catástrofe vinculada al cambio climático, que si en España causó dos centenares de muertes, en Sudán puede rozar la cifra trágica de dos millones.
Las obras del año retratan a su manera el signo de los tiempos, y aquí se ha procurado dotarlas de un orden inteligible agrupándolas en tres secciones marcadas por la rúbrica vitruviana: un primer grupo donde la firmitas se expresa con deslumbrante desnudez estructural; un segundo que interpreta la utilitas mediante experiencias comunitarias que emplean recursos limitados; y un tercero cuyas piezas se acercan a la venustas poniendo la belleza al servicio de la salud del cuerpo o el espíritu. El resultado son cinco obras en Europa (Portugal, Francia, Suiza, Alemania y Chequia), dos en América (México y Ecuador) y cinco en Asia (Baréin, India y China, esta con tres realizaciones), aunque conviene advertir que de la selección se han excluido las obras en España o de estudios españoles fuera, recogidas ya en el Anuario. Y no hace falta reiterar que si los grandes desafíos del mundo remiten al territorio y la ciudad, esta docena de perlas engarzadas a lo largo y ancho del planeta ofrecen un mensaje de excelencia y esperanza.