1913-2014
Con la muerte del centenario Aburto se ha extinguido, biológica y simbólicamente, la generación de los maestros que introdujeron la modernidad en la arquitectura española. Nacido en 1913, el noveno hijo de una familia burguesa de Vizcaya viajó a Madrid para estudiar arquitectura, poco antes de que estallara la Guerra Civil y tuviera que coger el fusil para militar en el bando nacional. Como tantos jóvenes de su edad, Aburto no pudo titularse hasta después de la contienda, pero pronto comenzó a ejercer la profesión, construyendo viviendas sociales, hasta que le llegó su gran oportunidad, el concurso para la Casa Sindical de Madrid (1950), que finalmente construyó junto con Francisco de Asís Cabrero: una obra monumental y pionera que le aseguró un puesto destacado en la arquitectura española del siglo XX. A este edificio siguió la miesiana sede para el diario Pueblo (1959) y otros encargos menores en los que Aburto desarrolló su faceta más creativa y expresionista, que anticipó su último edificio importante: los coloristas bloques de viviendas en Neguri (1969). A partir de ese momento, Aburto se retiró para entregarse de lleno a la pintura, una pasión que ejerció sin descanso hasta poco antes de su muerte.