Diociocho esculturas y dos pinturas del artista suizo, que nunca visitó el museo español, se miden con obras de Velázquez, El Greco, Zurbarán y Tintoretto.
Resulta emocionante ver sus monumentales figuras filiformes paseando, como unos visitantes más, por los espacios más nobles del Prado, o bien inmóviles, ensimismadas, frente a los antiguos maestros. Las «Mujeres de Venecia» que Giacometti expuso en el pabellón francés de la Bienal de Venecia en 1956 se miden con uno de sus artistas predilectos, Tintoretto, de cuya obra se enamoró en un viaje a la ciudad de los canales...