OMA, el legado de Leonidov
La evolución de la arquitectura en los últimos quince años ha dejado claro que, en esencia, el Movimiento Moderno no es en absoluto un canon estilístico, sino una posición filosófica dialéctica en relación con la realidad cultural, una actitud de relectura continua de la condición humana pasada y presente, un proceso permanente de cuestionamiento de la convención cultural contemporánea. Lo moderno se sitúa dentro de un diálogo entre el pasado y el presente, lo colectivo y lo individual, la convención y la innovación. En esta tensión dialéctica ninguno de los opuestos recibe a priori supremacía; en cada caso se busca un equilibrio singular entre opuestos.»
Juhani Pallasmaa, 1998[+]