Mi vida en el instituto era el rugby. Soñaba con estudiar la carrera de arquitectura y compaginarla con el equipo de rugby de la Universidad de Waseda. Cuando supe que el examen de acceso incluía pruebas de dibujo, me inscribí en el taller de un pintor para ir todos los domingos a dibujar durante el primer curso de instituto. Después, en segundo, me apunté a clases nocturnas en la Escuela de Arte de Asagaya. Asistía todos los días después de tres horas de entrenamiento.
Ese mismo año fuimos seleccionados como equipo regional de Tokio para participar en el Campeonato Nacional. Pero sufrimos una dura derrota en el primer partido y nos enfrentamos a la cruda realidad, no teníamos suficiente nivel para jugar en el ámbito nacional. En esa etapa, sin embargo, descubrí que me encantaba dibujar. Nunca faltaba a clase y empecé a ilusionarme con estudiar una carrera artística. Como la derrota en el Campeonato Nacional me hizo entender mis limitaciones como jugador profesional de rugby, al comenzar el tercer curso de instituto cambié de opinión y decidí examinarme en la Universidad de Arte de Tokio (Tokyo University of the Arts). Con esta determinación, me apunté a la academia de preparación para ingresar en la facultad de Arquitectura, e iba todas las noches a estudiar allí, siempre después de entrenar a rugby...[+]