Dos libros de dos arquitectos españoles, los dos muy conocidos como ensayistas, pero ambos también con una trayectoria profesional. Los dos prematuramente desaparecidos, y uno de Madrid y otro de Barcelona, lo que, más que una diferencia, es también una condición similar. Ambos son un testimonio de la importancia que los ensayos de arquitectura han tenido y tienen en nuestro país. Sin embargo, los libros de colección de ensayos de Fullaondo y de Solá-Morales son muy distintos.
El de Fullaondo es una cuidada antología de sus escritos, realizada y comentada por María Teresa Muñoz. En ella, la editora reúne una síntesis de la abundante dedicación del autor al ensayo y a la crítica, las más de las veces publicada en la revista El inmueble (luego Nueva Forma), que él dirigió, y que fue el instrumento editorial de formación arquitectónica más importante en la España de la época (1967- 1972). Podría decirse que Fullaondo se echó encima en aquellos años, y con notable éxito, la misión de educar a estudiantes y arquitectos españoles en la propia historia de su arquitectura, en la del Movimiento Moderno y en la de la contemporaneidad.
Muestra de todo ello es el libro. Por él desfilan, pues, algunos de los intereses arquitectónicos del autor: la Escuela de Amsterdam y De Stijl, Mies van der Rohe, Claude Parent, el Futurismo, Georges Vantongerloo, el Constructivismo, Max Bill, o la Ópera de Sidney. Testimonio de una dedicación a la arquitectura española muchísimo más amplia de lo que el libro refleja es el texto dedicado al edificio Capitol. Pero también hay temas más genéricos, y ésta, digamos, sección, está presidida por el monumental artículo ‘Agonía, Utopía, Renacimiento’, un libro, en realidad: un atractivo ensayo dedicado al ecléctico e intenso panorama arquitectónico del final de los 1960. El texto consigue reflejar en buena medida la amplia y cualificada dedicación de Fullaondo al ensayo y a la crítica, y recordarnos de paso, a tantos de aquélla época, lo que le debemos.
El libro de Ignasi de Solá-Morales es muy diferente, pues no es una antología y, así, no refleja la dedicación del autor en modo semejante al otro. La muerte prematura del ensayista catalán ha generado una gran cantidad de publicaciones con sus trabajos, pero ninguno antológico, lo que hace que su contribución al ensayo y la crítica esté mucho menos explicada. Se trata en éste de Los artículos de Any, como el título advierte; esto es, los derivados de los ciclos de conferencias de ese nombre y en distintas ciudades. Los textos son casi todos bastante genéricos y creo que demasiado escorados por el deseo de integrarse en un modo de pensar excesivamente preocupado por resultar contemporáneo. El aficionado puede completar su colección de Solá-Morales, pero habrá de rebuscar entre todos sus muchos libros para encontrar los mejores y más representativos artículos.