© gmp-Archiv

Con enorme gratitud despido a un amigo y compañero. Tras nosotros quedan seis décadas de trabajo conjunto, desde nuestro piso de estudiantes hasta nuestra propia oficina a partir de 1965. Lo que empezó como un pequeño negocio con un anuncio en el Hamburger Abendblatt acabó convirtiéndose en una compañía global.

Me enorgullece lo que Meinhard y yo, junto con nuestros socios y empleados, hemos creado: edificios que son admirados dentro y fuera de Alemania. Siempre hemos apostado por la buena arquitectura y nuestro sistema de trabajo apenas ha cambiado en cincuenta años de asociación. Basándonos en la máxima del general Moltke, ‘Marchar por separado pero vencer juntos’, abordábamos proyectos distintos pero siempre los poníamos en común. Acordábamos nuestra aproximación al diseño y así podíamos actuar con los mismos principios. Hasta el último momento, tuvimos un fuerte vínculo basado en esta estimulante cooperación. La extrañaré mucho.

También compartimos las vivencias propias de nuestra generación, de la II Guerra Mundial a la reunificación alemana. Tuvimos la suerte de comenzar nuestra andadura en un período de paz y democracia. En la arquitectura como en el urbanismo tuvimos libertad para proyectar soluciones que diesen forma al entorno. También nos comprometimos a transmitir nuestra experiencia a los más jóvenes, así que nuestra labor en la universidad ha sido tan importante como la de gmp. En particular, el legado de Meinhard seguirá vivo en la Academy for Architectural Culture. Volkwin Marg