(1941-2002)
María Pérez Sheriff pertenecía a la misma promo-ción de arquitectos que Ricardo Aroca o Manuel de las Casas. De vuelta de sus estudios de urbanismo en Estados Unidos, que realizó gracias a una beca Fullbright, se incorporó al trabajo de planificación de hospitales de la Dirección General de Sanidad en los años sesenta. Sus viajes de estudio y su relación personal con los responsables del diseño hospitalario en Europa la convirtieron en la introductora en nuestro país de nuevas tendencias. Con su conocimiento de la vanguardia sanitaria europea, del National Health Service británico o de los hospitales nórdicos orientó al Instituto Nacional de Previsión, que llevó a cabo los planes sistemáticos de construcción de hospitales. Junto a su socio J. Calviño construyó centros clínicos como el hospital de la Costa del Sol o el de Talavera, para el que fue asesorada por la figura más conspicua de su época, Tatton-Brown, del NHS. Habitual en las conferencias de la OMS, Pérez Sheriff era delegada del Consejo Superior de Arquitectos en los gru-pos de trabajo de arquitectura sanitaria. Una impensada afección la llevó, esta vez como paciente, a un hospital que se convertiría en su última estancia.