Nuestro país es uno de los más ricos del mundo por la importancia de su patrimonio histórico-artístico. No crean que esta afirmación procede del ardor patriótico, sino de fuentes relativamente objetivas: España es, tras Italia y China, el Estado que acumula más sitios en la lista de patrimonio de la humanidad de la UNESCO, con un total de 48. La rica y compleja historia de los territorios españoles, definida por las civilizaciones que han convivido o se han sucedido a lo largo de los siglos, nos ha dejado un lujoso legado monumental.
La mayor parte de estos hitos arquitectónicos se concentran en las ciudades que son (o en algún momento han sido) importantes capitales económicas, industriales y administrativas, pero el mundo rural también guarda sus tesoros. Una vez más, el estado de conservación de estos edificios es muy heterogéneo y en algunos casos la voluntad de mantenerlos como si no hubiera pasado el tiempo ofrece resultados más que dudosos. Pero, como señala Antonio Perla, profesor de Historia del Arte en la UNED: “Hay lugares de gran encanto fruto de actuaciones más o menos recientes en los que no se ha buscado ningún intento de suplantación, sino que se ha intervenido de manera muy correcta conceptualmente, con líneas totalmente identificables, empleando materiales contemporáneos junto a los restos del pasado recuperando sus espacios”.
Este sería el caso del pueblo de Santa María de Mave, en Palencia, “perfecto punto estratégico desde el que recorrer el románico palentino que lo circunda”. Junto a él, mostramos otros pueblos que han destacado nuestro jurado de expertos, formado por arquitectos, docentes y críticos... [+]