La poética de la casa

Alejandro Cervilla García 
01/08/2021


En 1996, la Editorial Munilla Lería publicaba una de las primeras monografías sobre la obra de Alberto Campo Baeza. En formato pequeño y práctico, 14x20 centímetros, y en blanco y negro, sus cerca de 250 páginas condensaban con gran sencillez los primeros años de carrera del arquitecto, y hacían su obra accesible a los jóvenes estudiantes de arquitectura de toda España. Pero no hacía falta entreabrir sus hojas para quedarse embelesado con su arquitectura. Bastaba con contemplar la intimidad de la casa que le servía de portada, la Gaspar, con su patio cerrado por altos muros blancos, que dejan ver por encima las copas de unos pinos y el cielo azul.

Casa Gaspar, Vejer de la Frontera (Cádiz), 1990-1992

No sé si era el azul del cielo o su reflejo en las albas tapias, o la silenciosa lámina de agua acompañada por unos cuantos cantos rodados, o la presencia enigmática de un joven limonero recién plantado, o el muro blanco que desde el interior de la vivienda incitaba a entrar. No lo sé. Pero había algo en esa casa, y en la dulzura de su luz, que invitaba a quedarse a vivir allí para siempre...[+]


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