Decenas de nuevas urbes rutilantes emergen de la nada por todo un continente en el que la población crece y se muda a metrópolis que acumulan problemas de contaminación, movilidad y vivienda.
El nuevo urbanismo es espectacular, pero es poco probable que vaya a ser la panacea para el desarrollo de África que promete ser. Son ciudades impulsadas en gran medida por intereses económicos que buscan satisfacer a la élite, los expatriados o al sector tecnológico...
El País: La fiebre de las nuevas ciudades africanas