El término humanista aplicado a una ciudad hace referencia a un lugar en el que las trazas del pasado son aún intensas y evidentes; una ciudad en la que, en el curso de la historia, los esfuerzos intelectuales y físicos han configurado la Gestalt de tal modo que las ideas y utopías políticas, sociales y estéticas coinciden con la historia de la arquitectura y del diseño urbano. De esta forma una ciudad se convierte en algo donde los elementos y los fragmentos arquitectónicos dialécticamente opuestos coexisten uno junto a otro, a veces contradiciéndose y a veces complementándose mutuamente, pero siempre enriqueciendo el tejido urbano y, por tanto, el tejido intelectual de la ciudad...[+]


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