Una década antes de que la selección brasileña de fútbol bordara su primera estrella en la camiseta amarilla, jugaba en el Vasco da Gama un lateral derecho llamado Manuel Pessanha. Aunque lento, era el as de la colonia lusitana de Río de Janeiro: fue el pichichi del campeonato carioca de 1945 con 13 goles. Su arma era un poderoso chut con la pierna derecha, que le llevó a disputar cuatro partidos con la selección. El hecho de ser el personaje central de una marchinha de carnaval no impidió que los gigantes del fútbol, como Pelé, Garrincha, Zico o Ronaldo, acabaran convirtiendo a Pessanha en un enano en la historia del deporte nacional. Ni los especialistas lo conocen. Con todo, se le recordará, aunque sea indirectamente: el apodo con el que se le conocía, Lelé, pasó a un chico que jugaba como él cuando tenía trece años y que, casi medio siglo después, acabó siendo uno de los gigantes de la arquitectura brasileña. João da Gama Filgueiras Lima, muerto a los 82 años el pasado mayo, era, simplemente, Lelé...