Los trabajadores del BBVA ocupan ya dos de las seis crujías longitudinales —correspondientes a la primera fase de la obra— que forman la nueva sede de la multinacional española. En construcción desde 2010, el edificio se levanta al norte del principal eje de crecimiento de Madrid, sobre un solar previamente ocupado por varios bloques en construcción, cuyas estructuras se han tenido que integrar con ingenio en el complejo proyectado por Herzog & de Meuron. Las dos crujías inauguradas sugieren ya la atmósfera final del edificio: un espacio intimista con jardines y construcciones bajas concebido como una ciudad horizontal, abstraída del exterior mediante una piel de brise-soleils, y cuyo único contrapunto vertical será la gran ‘vela’ de hormigón armado y vidrio que se prevé terminar en 2014.