(1911-2004) 

Como si fuera un piadoso maestro de obra medieval, el arquitecto, historiador y académico Fernando Chueca Goitia, fallecido a los 93 años de edad, yace junto a su esposa en la cripta de la Catedral de la Almudena de Madrid, que él mismo levantó y a la que dedicó media vida profesional. Sus últimas palabras, escritas para un acto de desagravio a los arquitectos represaliados tras la Guerra Civil —de los que él mismo formó parte—, constituye el último eslabón de una larguísima cadena de textos que han influido ya sobre varias generaciones de arquitectos españoles. El enfrentamiento surgido con uno de sus discípulos más aventajados, Rafael Moneo, en torno a la reciente ampliación del Museo del Prado —en el que el propio Chueca Goitia intervino en los años 50 del pasado siglo— se saldó con palabras de mutuo reconocimiento y con la emocionada despedida del navarro, que declaró haber «aprendido mucho de sus libros y sus enseñanzas». Catedrático de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, senador por UCD, presidente del Partido Liberal de Madrid y decano del Colegio de Arquitectos de la capital, quiso ser un participante activo de la vida cultural y política de su tiempo.