El día 1 de junio de 2013 marcará probablemente un antes y un después en el mercado residencial de segunda mano, al menos en lo que al consumo energético se refiere. A partir de tal fecha, todas las casas que se comercialicen deberán poseer una especie de etiqueta que señale su calificación energética.

La norma, aún no suficientemente difundida, es el resultado de una serie de medidas aprobadas el 13 de abril de 2012 por el Consejo de Ministros en materia de urbanismo y edificación, entre ellas el proyecto de ley por el que se aprueba el Procedimiento Básico para la Certificación de la Eficiencia Energética de los Edificios. Estas medidas suponen una apuesta por la reconversión del sector inmobiliario y de la construcción en el actual contexto de crisis económica...