Vivimos en un mundo nuevo. La sustancia es la misma, pero el mundo es nuevo. Lo vemos de forma diferente. Nuestra forma de mirar ha cambiado. Sobre todo, ha cambiado el alcance de nuestra mirada. En este nuevo mundo todo está expuesto, todo está iluminado. Todo existe. Todo nos interpela.
Es un nuevo mundo porque las mismas cosas no van a ser juzgadas de la misma manera. En este momento, los criterios con los que se evalúan las posiciones tienen vigencias breves. Son criterios provisionales que irrumpen, se superponen, se contradicen y quiebran el hilo de la argumentación. Los criterios cambian. Los afectos cambian.
Lo bueno que una vez hicimos puede mañana parecer consumido por la tristeza. Bajo esta óptica, cualquier arquitectura es con toda probabilidad errada, está bajo sospecha, la decepción es inminente. Como docente observo la parálisis que puede producir esta incertidumbre. No es, por tanto, el momento de saber qué arquitectura debemos hacer. Tenemos que hablar...[+]