Elogio de la ventana
Ventana, oh, medida de los deseos, / tantas veces llena, / cuando una vida se derrama e impacienta / hacia otra vida. / Tú que separas y reúnes, / tan cambiante como el mar, / hielo, de repente, donde nuestras caras se reflejan / mezcladas con lo que vemos a través. / Representación de una libertad comprometida / por la presencia del azar / punto de anclaje que compensa entre nosotros / los grandes excesos del mundo exterior.» (Rainer Maria Rilke, ‘Las ventanas’).
No hace mucho le escribí un correo electrónico a mi amigo y colega Carlos Jiménez, que incluía una pregunta de índole casi práctica: ‘¿Qué tipo de ventanas utilizas?’ Su respuesta consistió en una elipsis el doble de larga de lo necesario y que se basaba en un recuerdo: «Hace años leí ‘Las rosas’ (‘Les roses’) y ‘Las ventanas’ (‘Les fenêtres’) de Rilke y desde entonces»… La frase sugiere muy bien la manera de pensar del arquitecto, por un lado, y el mundo que lo rodea, por el otro. En resumen: es una respuesta que es como sus ventanas, unas ventanas que son justo como es el propio Carlos Jiménez...
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