Un consorcio internacional logra mapear los 55 millones de conexiones neuronales de una mosca de la fruta, allanando el camino para entender los circuitos humanos.
Un español de 36 años, Santiago Ramón y Cajal, emprendió en 1888 una misión sobrehumana: dibujar el sistema nervioso del ser humano y los animales, célula a célula. Cajal buscaba el rincón del cerebro en el que se guardaban las ideas de los filósofos, la imaginación científica y la fantasía literaria, pero, ante la inmensidad que contemplaba en su microscopio, se sentía como “un salvaje en presencia del fonógrafo o de una máquina eléctrica”. Un consorcio internacional ha dado este miércoles un paso de gigante hacia el quijotesco sueño de Cajal, con la publicación del primer mapa completo de un cerebro adulto: el de la mosca de la fruta...
El País: El primer mapa de un cerebro adulto abre una nueva puerta para investigar la mente