Introducción

Divagando sobre el posible enfoque de este artículo, se llega a pensar que el caso de Alvar Aalto constituye un verdadero ejemplo de «regionalismo arquitectónico» en el momento álgido del Movimiento Moderno. ¿Cuál es, en estos momentos, el posible denominador común de una hipo­tética conciencia residencial propia, pasando al País Vasco, homotética de la derivada de la prédica aaltiana? O del País Vasco y Navarra si se quiere. ¿Existe realmente ese denominador común? Caso de haberlo, ¿quiénes lo protagonizan?, etc. Incluso lo más inquietante, detectado ya por Spengler, al que vamos a recordar con frecuencia: ¿Pertenece el hecho de la vivienda a la historia de la arquitectura, a la tradición arquitectónica, tal y como veníamos concibiéndola? Las formas auténticas de la vivienda han nacido —añade— de la oscura costumbre de la existencia, no están destinadas a satisfacer el ansia de los ojos. La planta de la vivienda en Tirinto y Micenas es un símbolo riguroso de la vida. Pero en Creta las cosas eran diferentes ya; se trataba de la expresión de una finalidad refinada, etc...[+]