Libros 

De Kaufmann a Tafuri

Cuatro historiadores de posguerra

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De Kaufmann a Tafuri

Cuatro historiadores de posguerra

Jorge Sainz 
31/12/2011


Este es un libro para amantes de la filosofía, de la teoría, de la historia y, en último término, de la arquitectura moderna; pero para amantes perdidamente enamorados, nada de idilios tibios. Absténganse, por tanto, los simples aficionados; o al menos, sepan que no van a tener una lectura fácil ni cómoda. Y ello, pese a los esfuerzos del traductor, Moisés Puente, que ha realizado una labor digna de encomio.

La intención declarada del autor es hacer un repaso de las historias de la arquitectura moderna posteriores a la II Guerra Mundial. Y aquí es donde surgen las primeras dudas, porque el subtítulo del libro dice ‘La invención del Movimiento Moderno arquitectónico’ y resulta muy difícil demostrar que este ‘movimiento’ no estuviese ya inventado antes de 1945.

Pero, en realidad, lo que nos ofrece Vidler es un análisis detallado de la obra de cuatro, sólo cuatro, historiadores, algo que no queda claro desde el principio porque sus nombres sólo aparecen al llegar al índice, aunque sí se mencionan en el paratexto de la cubierta trasera: se trata de Emil Kaufmann, Colin Rowe, Reyner Banham y Manfredo Tafuri.

Animo a los lectores interesados a leer con mucho detenimiento la introducción, donde Vidler explica por qué ha escogido a estos cuatro autores. No resulta fácil entender cómo se puede considerar ‘de posguerra’ a Kaufmann cuando el único libro que roza levemente la arquitectura moderna (De Ledoux a Le Corbusier) es de 1933. Tampoco es fácil entender por qué Vidler no estudia las aportaciones de Bruno Zevi o Leonardo Benevolo, que publicaron sus ‘historias’ en 1950 y 1960 respectivamente.

Una explicación que se da es que cada uno de esos cuatro autores buscó el origen de la arquitectura moderna en un determinado momento de la historia: el Neoclasicismo, el Manierismo, el Futurismo y el Renacimiento, respectivamente. Pero entonces tampoco se entiende por qué no aparece Peter Collins, que en su libro Los ideales de la arquitectura moderna: su evolución, publicado en 1965, se remontaba a la Ilustración (1750) en busca de esos ‘ideales’.

En resumen, lo más fácil es pensar que Vidler admira en especial a estos historiadores y considera, subjetivamente, que su enfoque ha sido crucial para el entendimiento del Movimiento Moderno. Vidler es un gran historiador, así que seguro que tiene mucho criterio. Pero si el lector (otra vez amante apasionado de la historia de la arquitectura moderna) quiere tener una visión más panorámica de cómo se forjó ese concepto, puede consultar el espléndido estudio de Panayotis Tournikiotis titulado La historiografía de la arquitectura moderna.

Por lo demás, los análisis de Vidler son interesantísimos y relatan con detalle los entresijos de la obra (y también a veces de la vida) de sus cuatro historiadores predilectos. Me gustaría destacar un episodio: la conversión de Banham tras su viaje a Los Ángeles en 1965. Convencido de que la ciudad tenía mucho en común con Londres, Banham —que no sabía conducir— empezó a recorrerla en autobús, hasta que comprobó que la estación ‘central’ estaba mucho más lejos de Sunset Boulevard y su hotel que la estación de Santa Mónica. «Este no conductor,» —dice Vidler— «que pasó a ser conductor al enamorarse instantáneamente de una ciudad, estaba exultante con su ‘experiencia automovilística’».

Todo esto y mucho más nos cuenta Vidler en este libro. Pero lo hace para entendidos, no para aficionados. 


Libros reseñados:

Historias del presente inmediato

La invención del movimiento moderno arquitectónico

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